El fracaso es bien recibido
- Marcela Jiménez para Revista Myt
- 3 jul 2015
- 2 Min. de lectura
Decenas de locos soñadores inician la peregrinación hacia Berlín y Tel Aviv cada año. No es casualidad, ambas ciudades son mundialmente famosas por sus políticas de puertas abiertas al emprendimiento y, por tanto, por su capacidad de impulsar el éxito de quienes persiguen el sueño de ser empresario. Aquí el fracaso es bien recibido y la perseverancia es la virtud más aplaudida.
Alemania ha fomentado la creación de más de 500 empresas tecnológicas en su capital y su futuro pinta ser aún más prometedor tras la implementación del Plan Deutschland Digital 2015, desarrollado específicamente para apoyar la creación de startups. Asi mismo Israel partió su carrera emprendedora buscando qué les hacía falta para disparar su economía. Asi llegaron a la conclusión que aunque formaban muy buenos ingenieros, no eran exitosos en el campo del marketing de las ideas y el proceso de ventas. De esta forma el Gobierno creó la Yozma, un programa que financia en un 40% a los emprendedores a través de un fondo de inversión.
Javier Megias, CEO y co-fundador de la comunidad de startups, indica que el éxito de estos países recae en que son ecosistemas emprendedores que nacieron dentro de la misma comunidad, y no como un proyecto experimental del Gobierno de turno.
El Ritmo Centroamericano
Centroamérica no aparece en el “Startup Ecosystem Report” ni figura en el radar internacional como un paraíso para el emprendimiento. Arias menciona que hace 9 años, cuando ella entró al mundo emprendedor, existían unas 25 instituciones que hablaban del tema en Costa Rica, hoy se atreve a decir que hay unas 150 iniciativas, entidades e incluso personas individuales que apoyan el tema en el país.
Aprender de los grandes
Lo que ha ayudado a que en estos países se estén generando clusters para startups es que se han unido varios actores: academia, como semillero de emprendedores; Gobierno, por su capacidad de apadrinar a los sectores y fijar las políticas de fomento; y la empresa privada, sobre todo desde el sector bancario, como fuentes de financiamiento.
Para Vivian Arias, coordinadora de proyectos de la organización no gubernamental centroamericana Yo Emprendedor, Latinoamérica; en la región el fracaso sigue siendo visto como algo negativo y no como lo que en verdad es, un aprendizaje de qué no hacer y cómo no avanzar.
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